Las grasas trans son extremadamente perjudiciales para nuestro organismo.
La gama es bastante amplia. Se trata de casi todos los tipos de margarina, untables, mayonesas y salsas similares a la mayonesa. Productos semielaborados de carne y pescado, concentrados secos para sopas y postres.
Son los gofres, patatas fritas, caramelos, galletas saladas, pasteles, galletas y donuts que gustan a muchos.
Por cierto, en los productos de confitería, el contenido de grasas trans oscila entre un tercio y la mitad del contenido total de grasa.
Aquí se incluyen los productos de panadería y pastelería industriales, los bollos e incluso el pan, si se ha horneado con margarina.
También los quesos considerados «light», sin colesterol o con bajo contenido en colesterol, en los que la grasa animal se sustituye por grasa vegetal hidrogenada.
Y, por supuesto, la comida rápida: las patatas fritas industriales, que contienen alrededor de un 40 % de grasas trans, las palomitas de maíz…